martes, 16 de junio de 2009

Las perspectivas del movimiento


En los últimos días nos hemos visto bombardeados de información proveniente de distintos ángulos, de medios oficiales e independientes, carteles y volantes, por blogs, entrevistas en Youtube, Twitteos masivos, grupos de Facebook; en fin, ni el reggaetón llegó a ser tan popular jamás. En estos medios, todo ciudadano de este país, desde el opinólogo más importante hasta el cachimbo más tímido, no pudo aguantar las ganas de manifestarse empezando así interminables debates en los cuales las partes no podían evitar esbozar algún tipo de explicación macro que sustente sus argumentos.

Antes de decir cualquier otra cosa, esta es nuestra postura: nos parecen terribles, condenables y criminales los sucesos ocurridos en Bagua; obviamente, la violencia no es justificable por ningún argumento moderno, menos aún por alguna tesis antropológica. Por este motivo, no nos parece que podamos hablar –ni que se debería hablar- de lo sucedido en términos de blancos y negros, de asesinos y asesinados, de culpables e inocentes; aquí lo que existe son distintos niveles de responsabilidad en los actores involucrados que deben de ser tratados según los mecanismos que la justicia provee. Punto.


Esta vez no pretendemos esbozar un “análisis correcto” de la situación –sobre todo para ahorrarnos el debate en un tema tan polémico- sino lanzarnos la pregunta: “¿De que maneras estan siendo analizados estos sucesos desde las ciencias sociales, específicamente desde la naciente academia de ciencia política peruana?”. Siendo sinceros, no tenemos la respuesta exacta y concreta. Sin embargo, podemos hacer un recorrido de las hipótesis que a nuestro parecer son más relevantes.


En principio, lo que hemos visto primar han sido explicaciones de tipo antropológico, que se sustentan los reclamos en base al choque de cosmovisiones; en otras palabras, el culpable se encuentra en el lado estatal-occidental-libremercado-hijodeputa que ignora la particularidad de la cosmovisión indígena. Creemos que este tipo de explicación es válida en cierto sentido ya que –como hemos escuchado hasta el cansancio- las protestas se han dado a través de una organización articulada por un mensaje étnico. Sin embargo, nos parece que se exagera con pensar que el choque de cosmovisiones pueda ser un factor importante por una simple razón: en ningún momento los dos actores principales del conflicto, comunidades nativas – Estado, estuvieron hablando en códigos distintos: unos pedían la revocatoria y los otros tercos con que no, que ni a de vainas. ¿Dónde está la cosmovisión aquí? Las comunidades nativas pedían que se derogue decretos que los afectan directamente para no habérseles consultado; si a los vecinos de San Isidro les llega una carta enterándose de que van a construir una petrolera en el parque, y nunca se les consultó, apuesto a que salen a manifestarse al respecto y de nos ser escuchado termine en una gresca, ahí no hay nada de cosmovisión y espíritus del bosque.


Algo un poco más venido a tierra puede encontrarse en la perspectiva de actor, la cual analistas como Martín Tanaka han expuesto. En ellas podemos encontrar que la situación en la región tiene una explicación en distintos “errores fatales” del gobierno, el cual intentó jugar a una estrategia de desgaste sin utilizar el diálogo como estrategia prioritaria. Si tenemos en cuenta este tipo de explicación podemos ver que en el contexto en que nos encontramos, es decir, con un TLC ad portas, distintos intereses comerciales, lobbies y otros grupos de presión, la vía de la imposición, sumada al discurso del perro del hortelano de García, en fin, el desenlace de la historia era de esperarse. Lo interesante de esta perspectiva es que da luces sobre los actores “del otro lado”, es decir, actores que han articulado y dado forma al movimiento tales como AIDISEP, una organización fundada en 1980 que incluye 57 federaciones y organizaciones territoriales, las cuales representan a las 1,350 comunidades; sin esta la movilización no hubiese sido posible dado que, como reza aquel viejo dogma de las ciencias sociales, la existencia una insatisfacción relativa o general en la población no es suficiente para que se articule un movimiento de manera automática o mecánica. Esta perspectiva nos sirve mucho para comprender los hechos sucedidos en Bagua en concreto, pero no son satisfactorios si queremos un panorama general de las causas de los conflictos sociales de este tipo (étnicos) en el país.


Carlos Melendez, al ser entrevistado, desarrolla este punto de vista integrando una especie de “perspectiva temporal” a los conflictos sociales en el país, además de ciertos factores que señalan por qué sucedió la movilización en ese lugar e –incluso- que otros lugares son potenciales. Un estado presente pero vacío, sin capacidad de acción efectiva, sin capacidad –sobre todo- de mediación de demandas, termina creando “situaciones límite” en las zonas. Lo que se puede rescatar de Melendez es que con esta perspectiva podemos observar los alcances efectivos de las instituciones del estado como factor que puede explicar otros conflictos sociales pasados y los futuros en el país.

Obviamente, no nos inclinamos ciegamente por ninguna de las tres perspectivas; vemos que cada una tiene validez siempre y cuando sea complementada en el análisis con las otras. Sin embargo, Melendez menciona una cuestión muy cierta casi al final de la entrevista: en la bibliografía sobre los conflictos sociales indígenas en Latinoamérica el Perú es un caso atípico. Autores como Degregori, Van Cott, Cadena, entre otros, han tratado de analizar porque en el Perú, a diferencia de otros países de la región con similares proporciones de población con rasgos étnicos diferenciados, no se ha articulado un movimiento-partido étnico fuerte. En esta situación, la protesta indígena en Bagua, con innegables características y discursos étnicos en si (por los dos lados) es un caso significativamente atípico y paradigmático en nuestro país.


En conclusión, creemos que existen muchas perspectivas por las cuales podemos analizar el conflicto de los últimos meses e insertarlo en un mapa más grande donde los conflictos sociales imperan (la Defensoría del Pueblo publica uno cada dos meses). Esto nos será útil para descalificar las ideas absurdas, como que los que el Paro Amazónico es parte de una confabulación en contra del progreso peruano y los indígenas están manejados, como un muñeco de ventrílocuo por los nacionalistas o las redes del socialismo del siglo XXI. Esos argumentos del gobierno son francamente infantiles (no digo que estos grupos no apovecharan la situación política) pero evidentemente no son el titiritero detrás de indígenas que no entienden nada, sumidos en su cosmovisión y utilizados por los azuzadores, que para estos efectos son todos lo que no estén de acuerdo con las políticas del ejecutivo.


Mientras terminábamos este post, escuchamos la noticia de la derogatoria de los decretos por parte del gobierno, lo cual nos parece una respuesta inteligente y acertada. Lo lamentable es que haya sido necesario que la sangre llegue al rió para que el Perú Avance.


PD: Les pasamos un trabajo de Mauricio Zavaleta que analiza las perspectivas de la inexistencia de un movimiento étnico en los andes, lo presentamos como fuente informativa, la cual puede ser de interés del lector que quiera saber sobre el caso peruano en perspectiva regional.


La Refuta - La_paradoja_peruana[1]

lunes, 18 de mayo de 2009

Sendero is back?

En mi adolescencia, cuando leía de una sola sentada las 300 o 400 páginas de cada libro de Harry Potter, no podía evitar sentir una sensación extraña cuando se mencionaba entre los personajes, el regreso de Lord Voldemort (¡perdón, perdón! El-que-no-debe-ser-nombrado) como si la resurrección del anticristo se tratase. En el caso peruano, nuestro peor miedo, nuestro señor oscuro que no debe ser nombrado, es nada más y nada menos que Sendero Luminoso. Los recientes acontecimientos en la zona del VRAE han resucitados los miedos de la población por Sendero, ese temor de los peruanos al regreso de los atentados, las matanzas, los paros armados y la compulsión de los limeños de prender el televisor apenas acabado el apagón para enterase de donde había estallado el último coche bomba.

Diversos comentaristas y bloggers se han subido al carro de la opinión sobre el tema y han visto estos hechos como factores que inevitablemente nos llevarán a un retorno a los ochenta, a la inseguridad, al caos y violencia. Otros, algo más sensatos, afirman que Sendero no es el mismo que en aquella década (es curioso, porque la misma pregunta se hacían hace poco los peruanos sobre Alan García), pero que por el contrario ahora se asemeja a otros grupos guerrilleros de la región en su estrategia, específicamente las FARC colombianas. No es del todo erróneo hacer esta última aproximación, sin embargo, no se está observando las diferencias entre Sendero y este grupo guerrillero. Se han planteado muchas interrogantes, sobre todo sobre el carácter del actual Sendero, sus implicancias, oportunidades y amenaza y retorno, sin embargo, hay que aguantar el coche e ir por partes.

La primera pregunta que habría que plantearnos para analizar el “resurgimiento” de Sendero Luminoso en el Vizcatán, es preguntarnos por el Sendero que conocimos en los ochenta y parte de los noventa. No me detendré en la discusión sí SL es o no es un partido, organización terrorista o guerrilla a lo cubana, me parece que es una discusión inútil para los objetivos de este artículo y es, además, una discusión larga en la que entra teoría pura y dura. Para simplificar las cosas, me referiré a Sendero Luminoso como una organización con fines políticos; como se afirma en la CVR, “la guerra emprendida por Sendero contra el Estado Peruano fue de carácter puramente político”.

Esta organización surgió de una de las tantas escisiones del Partido Comunista Peruano que se formó en torno a la Universidad de Huamanga. De inspiración maoísta, y siguiendo “El Sendero Luminoso de José Carlos Mariátegui”, los líderes senderistas decidieron emprender la toma del poder, considerando al Estado Peruano como un ente históricamente opresor. Es importante decir que Sendero Luminoso no fue –como plantearon algunos despistados autores- el intento de llevar a cabo la utopía andina; Sendero no muestra rasgos culturales de ningún tipo, la cúpula Senderista estaba guiada por el Marxismo-Leninismo-Maoísmo-Pensamiento-Gonzalo (Ja!), de carácter puramente “racional”, enemigo del sentimiento, científico y teleológico, destinado a ser el comienzo de la revolución a escala global (Stara 1995). Por lo tanto, para los Senderistas, no existía nada fuera del partido, todo lo que estaba fuera de él estaba corrompido y putrefacto, ya que sólo el partido simbolizaba en todas su dimensiones el universo de los partidarios, los cuales estaban imbuidos en una religión laica que prometía el paraíso comunista. No me detendré en las posibles causas del surgimiento de Sendero Luminoso como organización política o por qué Abimael Guzmán pudo salir de departamento de Filosofía de la Universidad de Huamanga y dirigir la lucha armada que puso en jaque al Estado Peruano. Sin embargo, propondré la siguiente pregunta: ¿Por qué luego de iniciada la guerra, la organización pudo mantenerse en combate y sus remanentes sobreviven hasta nuestros días? Nuestra hipótesis es que son las oportunidades de movilizar recursos a nivel regional, junto a la debilidad del Estado al mismo nivel, son los factores que determinan la permanecía y duración de las organizaciones rebeldes en los términos en los que los vemos hoy en día (Kay: 1999) En resumen, lo determinantes son las estructuras de oportunidades, tanto políticas como económicas. La oportunidad de movilizar recursos es la de controlar mercados regionales y organizar a personas en torno la consecución de estos recursos. Esto está acompañado de la baja capacidad estatal en ciertas zonas de territorio, donde el Estado no cumple con sus obligaciones primordiales como la más esencial: proteger a los ciudadanos. Por ello, sostenemos que son estos factores las causas de la persistencia de Sendero y no una suposición basada en la continuidad del discurso político e ideología de estos.

A falta de pruebas empíricas, haremos un acercamiento a la zona que fue la fuente de recursos más importante para Sendero en pleno apogeo y las implicancias que jugó el mercado internacional de cocaína en este territorio: el Valle del Río Huallaga fue el motor productivo de coca en el Perú a principios de los ochentas, gracias un alza de precio considerable en el mercado ilegal de la cocaína No está de más decir que en dicho territorio no existía autoridad alguna, el Estado Peruano era incapaz de cualquier control en la zona, es decir, se cumple la premisa de incapacidad estatal. Cuando Sendero Luminoso entró en el Valle de Huallaga, replegado por la fuerte ofensiva militar de 1983-84, los líderes senderistas supieron aprovechar de inmediato la oportunidad de movilizar los recursos de la zona, es decir, el mercado de la coca, hasta ese entonces, controlado directamente por los narcotraficantes. Desde ese momento, asumieron funciones de gobierno, como la imposición de leyes y cobro de impuestos. A diferencia de la estrategia implementada en la sierra central, Sendero no tuvo la necesidad de de recurrir a métodos coercitivos de extrema violencia, dado que la relación que cumplía como intermediario entre los “cocaleros” y los narcotraficantes, beneficiaba a los primeros en dos aspectos. Primero, los protegía del control de precios de los narcotraficantes y segundo, de los intentos estatales de erradicar los cultivos (Kay 1999). Tampoco practicó adoctrinamiento ideológico intenso. Este papel como intermediario, por el cual tuvo la capacidad de controlar recursos y movilizarlos a su conveniencia, le permitió seguir en la lucha armada contra el Estado en otros frentes.
A principios de los noventa, la cambiante demanda de la coca, influenciada por el precio internacional y los puntos de producción de cocaína o pasta básica a nivel regional, ocasionó una baja de los precios de la coca producida en el Valle del Huayaga, lo cual debilito considerablemente los recursos movilizados por Sendero Luminoso.

Siguiendo la lógica del globo poco inflado (Pizarro Leongomez 2006), el mercado de la coca es peregrino y oscila entre motores productivos a nivel regional, con lo que el incremento de los precios en los últimos años ha traído una supuesta reaparición de Sendero Luminoso, lo cual se ha hecho aún más explícito con las recientes emboscadas. Las preguntas que se desprenden de esta reactivación son varias, la más común es si Sendero sigue ideologizado, si mantiene el compromiso político de hacer la guerra al Estado Peruano e implementar el paraíso comunista. Otras interrogantes: ¿Sendero es un cartel, un intermediario, o una organización “asimilada” a los narcotraficantes como una especie de ejército privado? o, acaso la más importante para la opinión pública ¿Sendero es nuevamente una amenaza para la estabilidad del país?

Evidentemente, todas estas preguntas no pueden ser contestadas salvo a base de intuición. Creo que bajo este intento de presentar el problema bajo una perspectiva comparada se puede intuir cuál es la posible situación del VRAE, sin embargo, es difícil diagnosticar sentado desde el escritorio en el que escribo, como muchos periodistas y bloggers acostumbran hacer. Creo que bajo la información propuesta, la respuesta a la primera interrogante es que no. A nuestro parecer, los miembros actuales de Sendero no están caminando en la búsqueda de caminar por el Sendero Luminoso de José Carlos Mariátegui, ni tampoco se encuentran fuertemente influenciados por la Cuarta Espada del Comunismo. Evidentemente, no hay que descartar la posibilidad de que existan cuadros capaces de revertir esta situación e ideologizar la lucha, aunque el comportamiento de Sendero en el Huallaga delata que en pleno apogeo senderista los cuadros del Valle del Huallaga fueron los menos ideologizados. Por lo tanto, yo sospecho que declarar la guerra al Estado Peruano no está en su agenda, al menos, no en la inmediata.

La segunda pregunta planteada, sobre cuál es el carácter de Sendero en la actualidad, es a mi parecer la más interesante. Hace pocas semanas, el mandamás de las Fuerzas Armadas, E. Guibovich, en una entrevista hecha por El Comercio lanzaba la siguiente frase: Si no detenemos esto a tiempo, Sendero serán las nuevas FARC de la región”. ¿Qué tanto de cierto tiene esto? Pues, obviamente estos dos grupos comparten el hecho de sostenerse en el narcotráfico para financiar sus actividades, además de apoyarse en la población residente en su espacio de operación mediante la extorsión y camuflarse en lo más profundo de la selva. Sin embargo, según Eduardo Pizarro Leongomez (2006) experto en el conflicto colombiano, la diferencia de las FARC con cualquier otro grupo armado en el mundo, es que a pesar de sus vínculos con el narcotráfico sigue dándole prioridad al objetivo político que planteó desde su nacimiento. ¿Lo mismo se podría decir de Sendero? No lo creemos. Si tenemos que catalogarlo en base a la similitud, Sendero estaría más cercano a los grupos paramilitares de ese mismo país, los cuales nacieron como grupos armados de autodefensa de regiones acosadas por la guerrilla. Estas, al ver la potencialidad financiera del narcotráfico tras la caída de los grandes carteles y la aplicación de una política anti-subversiva de lucha frontal, siguieron dominando las regiones basándose en esta actividad.

La última pregunta sin lugar a duda es la que despierta los miedos de la mayoría de la población. A nuestro parecer, el considerar a Sendero Luminoso aun como un grupo terrorista que mantiene su antigua estrategia –como hemos mencionado- es un error, por lo cual es improbable que intenten nuevamente el camino o sendero de la lucha popular. Sin embargo, de esto se desprenden dos cosas: primero que sin duda el VRAE es un reto para la consolidación del Estado Peruano, en otras palabras, que no deje zonas desprotegidas creando ciudadanías de baja intensidad, para decirlo en términos de O’Donnell (1994), las cuales pueden ser aprovechas por organizaciones como Sendero Luminoso. La segunda observación es de carácter mediático y claro esta, política: sostener que Sendero es una amenaza latente para la paz nacional puede convertirse, como en década del Chino, en un arma de control social; ya sabemos que en la política peruana hay cientos de remakes. Bajo esta última observación, la gran beneficiaria del resurgimiento mediático de Sendero Luminoso es Keiko Fujimori, la cual no se cansa de repetir el papel de su padre en la lucha contra la subversión.

Al igual que cuando leía en el sillón de mi sala sobre el-que-no-debe-ser-nombrado, refugiado en el Bosque Prohibido, deambularte y en búsqueda de un cuerpo por el cual perdurar su existencia, no podía de dejar de sentir esa extraña sensación de temor a un enemigo común, a un pasado nacional que no viví y me contaron. Esa sensación de aversión al terror y la posibilidad de su regreso, como la que tienen la mayoría de peruanos cuando leen en los diarios que Sendero ha vuelto a realizar una emboscada en la inhóspita selva del VRAE.

viernes, 8 de mayo de 2009

"2011"

Volví, otra vez porque estoy harto de cada bloggercito y comentarista político (porque de analistas no tienen nada) que escribe sin que nadie le diga “ya pe’ brother, se conciente varón, estas cagando fuera del water”. ¿Sobre que escriben esta vez? Pues sobre las elecciones que se avecinan (¿?) el año 2011. Y es que todos quieren meterse al carro del pronóstico, todos quieren especular de una vez sobre el quién ganará, quiénes tienen posibilidades o quiénes estarán de relleno en esa kilométrica cédula electoral. Bueno, bacán por ustedes el decir que Keiko puede ganar por lo que dicen las encuestas ahora, bacán también que crean que Castañeda es un buen prospecto, o que digan que Kucqchinsky (o como se escriba) puede que la haga si es que mueve bien sus fichas, incluso el decir que la izquierda busca un candidato y este parece prometer; genial, good effort boy, estrellita en la frente.


La verdad, chéveres sus comentarios muchachos, pero se quedan en eso, en simples comentarios. ¿Por qué soy tan duro con ustedes? Por una cuestión muy simple: ninguno se ha puesto a pensar en quien puede ganar las elecciones más allá de los sondeos de popularidad que se publican hoy. Se que todos son adictos a levantarse, prender la laptop y chekar de una la página del comercio, ver la última encuesta o la opinión de mi comentarista favorito y en eso basan todas sus argumentaciones. Pero muchachos, arranquen ese poster de Susy Villarán, y si bien el sondeo es una herramienta útil, esta no es determinante teniendo (ojo con esto) la campaña presidencial tan distante. Pongámonos a pensar con detenimiento que es lo que hace un candidato ganar o no. ¿Qué es determinante entonces para ver quien gana o no una elección? Pues obviamente la postura política de cada candidato, cosa que se expresa en la campaña, y cosa que –a mi consideración- ninguno ha expresado de manera definida aún.


¿Pero a que me refiero con postura política? Pues no es el plan de gobierno que proponga cada candidato, porque aunque este sea muy bonito o te proponga ser como Alemania en 5 años, obviamente esto siempre ha sido de poca importancia pues hemos visto –en todo el mundo- candidatos con excelentes planes no salir elegidos. A lo que me refiero con discurso político no es sino la posición que cada candidato adopta en relación a determinados puntos o temas clave en la política nacional e internacional; cosa que en el argot politológico denominamos “clivajes electorales”. La posición de los candidatos en estos clivajes electorales es la que de una manera u otra define al ganador. Por ejemplo, en la última elección en EE.UU. el clivaje electoral, en otras palabras, el problema clave que preocupaba a la población de ese país, era la crisis financiera; Barack Obama, con un plan más sólido en ese aspecto logro convencer a la población y salir vencedor. Dando ejemplos más cercanos, el clivaje en Colombia para elección –y reelección- de Uribe ha sido la política frente a la guerrilla, en Chile el clivaje desde el retorno a la democracia se relaciona mucho con la postura frente al gobierno militar, en Bolivia el clivaje tuvo y tiene un carácter étnico en la elección y reafirmación de Evo Morales, y acercándonos a nuestro terruño, la victoria de Fujimori en los 90’s tuvo el clivaje entre los a favor y contra el shock con los cuales Vargas Llosa era señalado como abanderado de los primeros, o la elección de García frente a Humala estuvo en relación antichavista de uno y la Chavista del otro.


Obviamente, no podría señalar cual va a ser el clivaje, el tema clave que decida la elección del 2011, pero lo que si podría hacer es señalar posibles clivajes, y en base a los candidatos que hoy consideramos podemos plantear distintos escenarios. De esta manera, podemos hacer una aproximación más sesuda y politológica al asunto.


Clivaje Ricos vs Pobres.


Obviamente, si estamos al día en nuestra tarea, chekamos las cifras de pobreza, de desigualdad y la proporción de esta en la población diríamos sin titubear que quien se ponga de parte de los pobres la tiene hecha. En este caso, candidatos como Lourdes, Castañeda y Kucchinsky la tendrían harto difícil, les sacarían la mugre con respecto a su origen social y los partidos que representan. Aunque Castañeda y Kucchinsky se podrían salvar si se mueven bien al ritmo de la cumbia, Lourdes –ya lo hemos comprobado- esta totalmente perdida. Los beneficiados, por ahí, podrían ser Keiko y Humala, que tienen arraigo popular, sin embargo, considero a pesar que este clivaje fue pudo ser determinante en algún momento no creo que lo sea ahora. ¿Por qué? Por una cuestión muy simple y obvia: los pobres no son los mismos en todos lados ni están expuestos a los mismos valores. Por ejemplo: a pesar de que en las pasadas elecciones Lourdes fue percibida como la candidata de los ricos, las cifras (que las podemos chekar en la página de la ONPE) nos muestran que ella consiguió una buena votación (incluso ganó) en muchos de los sectores populares de Lima. Si ampliamos la observación, podemos constatar que la candidata consiguió buena votación tanto en los sectores ricos y los populares de las ciudades del norte del país, pero en cambio obtuvo pobres resultados en los sectores rurales y las ciudades del sur.

Esta diferencia entre los sectores nos deja con dos posibles clivajes: uno con relación al centro (ciudades) y periferia (campo) y otro con relación al norte y sur del país.


Centro – Periferia, Norte – Sur


Obviamente, considerando que por lo menos el 70% de la población del país se concentra en las ciudades y que esta cifra esta en aumento, y también que el 30% de la (8 millones) se concentra en Lima, no hay que ser muy sagaz para darse cuenta que la mayor apuesta electoral está en las ciudades, sobre todo en la capital.


Entonces, en lo que respecta al clivaje centro-periferia, quien apueste por las ciudades en vez de la periferia, las zonas rurales, estará un paso por delante que sus competidores, sobre todo si logra consolidarse en Lima. Quien tenga un discurso articulador de toda la población urbana apostará por la mayor cantidad de votos, sin embargo, entre la población urbana existe una gran diferencia entre el norte y el sur. Como vimos en las últimas elecciones, y cosa que pronostico se va a repetir, ya que las condiciones siguen siendo muy similares, la población de los departamentos del sur, tanto rural como urbana, que se sienten olvidados por el estado en la actual bonanza económica, apostó por un candidato antisistema, en cambio los departamentos del norte, específicamente la costa norte, próspera e integrada al mercado internacional con la explotación minera y exportación de productos primarios, tuvo apuestas más moderadas y democráticas repartiendo su voto entre Lourdes y García. No voy a entrar en una discusión de la raíz de estas diferencias, solo plantear la existencia de un clivaje entre el norte “democrático” y el sur “antisistema”. Para las próximas elecciones Humala seguirá teniendo en el sur su bastión principal, en contraposición del norte, el cual vota por opciones más moderadas.


Sistema – Antisistema, Chávez – Anti Chávez


Ahora que hablamos de Humala, a pesar de su apuesta por los pobres, por el sur y por la periferia, la cual le daba un alto índice de intención de voto con la cual logró pasar en primer puesto a segunda vuelta, no logró ganar. ¿Por qué? Como afirma Vergara (2007) sobre las elecciones - el cual no nos cansamos de citar en este blog – este fue acusado de estatista, antidemocrático y pro-chavista, lo cual está en contraposición a al elector promedio en la ciudades. El apoyo o condena a las políticas de Chávez fueron determinantes para el desarrollo electoral.


De esto podemos sacar dos puntos importantes. Primero, lo que importa es la posición dentro de lo que la población percibe acerca de los procesos regionales y globales, siendo más claros dado que es lo más relevante hoy, importa la posición de cercanía con el régimen Chavista. No entraré en la discusión si Humala tenía vinculación personal o ideológica con Chávez, lo importante es que esa percepción de cercanía lo sepultó. Considero que Humala puede que aprenda de sus errores y plantee de primera una distancia, sin embargo, la percepción de la población alentada –o creada- por los medios de comunicación que consideran su discurso como desfasado y políticamente incorrecto pueden enterrarlo también. Entonces, obviamente cualquier candidato que aspire al sillón presidencial deberá marcar distancia en este aspecto.


Segundo, el discurso anti sistema –por más que quisieron los medios de comunicación- no fue el causante de la derrota de este candidato. Si algo hay que ceder a la postura anti sistema, es que en las ciudades costeras, principal y obviamente en Lima, esta fue rechazada por casi todos los sectores. Sin embargo, viendo los datos del último latino barómetro, podemos ver claramente como hay una fuerte inclinación de la opinión peruana lejana al respaldo hacia las instituciones democráticas. Algunos argumentan que esta postura de rechazo demuestra la poca confianza en la democracia como sistema de gobierno, sin embargo, yo me inclino a pensar que más que un rechazo a la democracia en sí se trata de un rechazo hacia las instituciones debido al poco prestigio que poseen. En todo caso, el discurso anti sistema es aun capaz de congregar a un gran número de electores y ser considerado por nosotros como un clivaje respetable.


Chino – Anti Chino


Hablábamos de discursos políticamente correctos e incorrectos. Quizás esta es la parte de pura especulación del artículo, pero pensando en un escenario electoral en el cual se presentan figuras como Castañeda, Toledo, Lourdes y Kuckchinsky, los cuales se repartirán los sectores urbanos, ricos, clase media y uno que otro pobre, con discursos de continuidad del sistema; y otro conformado por Humala y quizás algún outsider -aunque considero una posibilidad remota dado que el espectro está copado - lo cuales apostarán por la periferia, los departamentos del sur y el discurso antisistema. Como diría Vergara, por un lado tenemos a los candidatos que están apostando por los sectores modernizados del país, incluido dentro de las dinámicas de la globalización y reconocido por el estado, y por el otro el sector que lucha por incluirse dentro de la modernidad, excluido históricamente de todo proceso y sin reconocimiento. En esta argumentación, García salió victorioso pues se colocó en el medio, con un pié en el primero y disputando el otro con su opositor.


Si consideramos que para las siguientes elecciones tendremos un escenario similar al anterior, o por lo menos en las condiciones en las que nos encontramos hoy, la pieza que encaja en ese vació que dejará García es nada menos que Keiko Fujimori, la cual se presenta como una extensión de su padre, legitimada por un “carisma heredado”. Weber puro. Amplios sectores de la población recuerda, a pesar de Cantuta y Barrios Altos de por medio, los beneficios que les otorgó el gobierno de Fujimori y los logros en materia económica e infraestructura, tanto como la derrota de Sendero Luminoso. Esto es para Keiko una bendición y una condena, ya que a pesar de tan solo tener una propuesta clara – la amnistía del Chino – aparece primera en la encuestas. Sin embargo, esto puede costarle un gran precio político debido a que el gobierno de su padre no tuvo ningún respeto por las libertades individuales, la división de poderes y la democracia, lo cual pesa en las ciudades. Ya escuchamos decir a Keiko, comentando en un mitin la sentencia a su padre, que el poder judicial no sirve para nada.


A pesar de todo el apoyo que Keiko pueda tener, su discurso es considerado políticamente incorrecto. Quizás este último punto es muy debatible: por un lado podríamos decir que la focalización de los medios puede producir, al igual que en el caso de Humala, que el candidato gane popularidad, o también podríamos decir que este puede sepultar en una ola de opiniones negativas, pero en todo caso debemos considerar a los medios como un factor de importancia fundamental en una elección. Igualmente, creo que los medios juegan un papel importarte mas no determinante, al menos si nuestra perspectiva es a partir de clivajes.


En conclusión, los clivajes que hemos expuesto son los que han polarizado el voto de la población en el país a lo largo de los últimos años. Como hemos postulado, las divisiones sociales en diferentes niveles pueden determinar el triunfo de derrota de los candidatos que aparecen en las tablas de IOP, de esta manera podemos hacer un análisis de las preferencias electorales desde una perspectiva sociológica y no un simple comentario sobre los candidatos y sus elecciones dentro de un plano competitivo. En mi opinión, los clivajes más determinantes seguirán entre las opciones institucionales (pro-sistema) y discrecionalistas (¿antistema?), lo cual está profundamente ligado al clivaje pro o anti Fujimori, lo cual sin duda marcará el debate polítco gracias a la emergencia de Keiko como candidata de peso. Este clivaje es interesante porque muestra como un estilo de hacer política; “el fujimorismo”, influye de manera tan determinante en la polarización del país. Es decir, el clivaje populista, el cual tan vez encierre todos los anteriores.


Así que señores, bloggers y periodistas, ojala que esto les sirva para hacer análisis más sesudos, teniendo en cuenta que poco el plano social actual y no simplemente las acciones de los candidatos. Lo que cuenta es, en este sentido, qué tan hincha de parte de que clivaje pueda ser el candidato. En definitiva hace falta escribir mucho sobre este aspecto, y sobre todo, hacer investigaciones empíricas. Se los dejo de tarea.

domingo, 15 de marzo de 2009

Ni de derecha ni de izquierda, sino todo lo contrario


Como saben, en este blog nos encargamos de cargarla contra cualquiera que empiece a hablar cuestiones sin fundamentos y presentar juicios sin pruebas, como si de dogmas sacramentales se tratase. Y saben que, esta tarea es muy ardua, casi heroica. Se trata de buscar y revisar todo lo que se publica a diario –principalmente en la web- y hacerlo pasar por nuestro “scanner refutista”.


Entre otras cosas, entre la común opinión sobre el acontecer nacional, últimamente hemos solido encontrar un sin fin de dimes y diretes entre aquellos personarijillos “in” de la opinología peruana. ¿Y saben que? Realmente la hemos pasado bien leyendo todas esas acusaciones cruzadas como cargarle el peso del populismo a uno, del autoritarismo a otro, del fracaso económico, de la crisis mundial, y mas bla bla bla y bla!. ¿Y saben que más? Es muy graciosa esa creatividad de inka cola con la que cuentan todos ellos pues inventan severos apodos como “izquierda caviar”, “izquierda carnívora”, “izquierda vegetariana”. “izquierda naif”. Very funny guys.


Pero ¿por qué me he tomado la molestia de leerlos a ustedes señores? (¿Pooorqueeee?) Porque creo que es necesario una análisis conciente, una revisión a fondo sobre lo que significa ser de derecha o ser de izquierda en este país ¿Y por qué lo digo? Porque en este país estamos habituados a concebir las cosas de blanco o de negro sin tomar en cuenta los distintos matices que existen en el medio, y peor aún, estamos habituados a concebir esas categorías como estables a través del tiempo, sin tomar en cuenta las dinámicas históricas, pensando que por tener una orientación política esta implica necesariamente estar de acuerdo con todo, y sobre todo, SOBRE TODO, estamos habituados a hacer consideraciones subjetivas acerca de la orientación política de los individuos según su posición social, labora o económica, cosa que obviamente no es determinante.


Antes de seguir, vale la pena la aclaración refutista de rigor: aquí no negamos que existan “derechas” o “izquierdas” en la política. Obviamente, este tipo de etiquetas son comprobables teórica y empíricamente. En la teoría política, quizás podríamos hablar de dos posturas contrapuestas como menciona Sartori, una que sigue la tradición Hobbesiana y otra a Rousseau. Estos dos autores no son de ninguna forma patriarcas fundacionales de derecha e izquierda, sino más bien, los dos aportan concepciones sobre la naturaleza del hombre utilizadas por las dos corrientes fundamentales, el liberalismo y el socialismo, para decirlo así al tun-tun. Por un lado, Hobbes pensaba que los hombres viven en un estado natural de competencia entre sí, por lo que es necesario ceder su poder de defensa a un tercero, el cual sería el encargado de hacer cumplir las convenciones. Por otro, Rousseau pensaba que el hombre era naturalmente bueno por lo que era posible un estado en el que se cumpliera la “voluntad general”. Es decir, el mito de la libertad versus el mito de la igualdad. Bajo esta tosca diferenciación que hemos formulado se han concebido a los lados otro tipo de dicotomías: por ejemplo la económica que formula a la derecha las orientaciones al libre mercado y al otro lado al proteccionismo, o también podríamos hablar sobre la relativa a los problemas sociales, que conciben a la iniciativa individual como productora del progreso y por el otro la necesidad del asistencia, o también podríamos hablar de las posturas pro religiosas o pro secularización del estado. En fin, podríamos seguir.


Generalmente, se han construido ciertos –como decirlo- “aglutinamientos” de posturas con los cuales caracterizar la derecha y la izquierda. Evidentemente, estas características dependen de los criterios con los cuales se jusgue a un individuo o grupo dentro del espectro político en un contexto determinado, o mejor dicho, todo depende de cuál sea el factor que genere la dicotomía derecha-izquierda en los países, la cual consideramos no es igual en todo sitio ni menos característica única de un tipo de ideología.


Quizás se me podría decir que la postura clave, la que determina la posición izquierda-derecha en el Perú es la consideración sobre la forma que debe adoptar el manejo económico. Un manejo liberal esta relacionado al capitalismo, ergo, derecha; por otro lado, un manejo más proteccionista, más intervencionista en la económica, esta relacionado con las consideraciones socialistas de izquierda. Estoy de acuerdo con esto, quizás esta es la línea divisoria, la línea básica que separa a unos de otros en este país, sin embargo, a cada lado de esta división se han ido agregando nuevas posturas que –valga la aclaración- no son posturas determinantes de la derecha y la izquierda, ya que uno puede mostrarse a favor o en contra sin que eso niegue fundamentalmente la posición política que uno adopta. Me explico: por ejemplo hoy se considera de derecha defender la participación de las fuerzas armadas en el conflicto armado interno, o también se considera de izquierda una postura a favor de una mayor protección a las comunidades indígenas, sin embargo, como he señalado, esto no implica una contradicción con la dicotomía económica que determina el posicionamiento político en el país.


Podría decir sin temor a equivocarme que existen individuos que se reclaman de una determinada postura política pero que tienen estas posturas que parecen ser contradictorias. Eso es natural, siempre han existido distintos matices en la derecha y la izquierda. Pero la derecha (gracias Alditus) ha inventado todo un nuevo vocabulario para referiste a sus enemigos del otro lado. Los –llamémosle- apodos como “izquierda caviar”, “izquierda vegetariana”, “izquierda carnívora” son altamente graciosos, y la verdad muchas veces caen perfecto para poder señalar a los individuos. No voy a entrar en un debate muy serio frente a la utilidad o la realidad que cobran estos, sino más bien quiero señalar una cosa que me ha estado rondando. A pesar que muchos de estos apodos tienen validez pues señalan una determinada postura dentro de la izquierda o la derecha, muchas veces se peca de un uso indiscriminado de estos que suele caer en el error.


¿A que me refiero? Pues si decíamos que es un error metodológico considerar a la izquierda o la derecha como un todo, como un cúmulo de posturas a las que se tiene uno que adherir, pues un error aún peor es considerar que un individuo, por el solo hecho de pertenecer a una determinada clase social, tener algún cargo laboral o haber sufrido un hecho fortuito debe de –por una cuestión mecánica- estar a uno u otro lado de esas posturas. Obviamente esto no es así. Ejemplo: estudiar en San marcos, ser hijo de padres ayacuchanos, vivir en el centro de lima e chapar la combi todos los días no te hace fan acérrimo del cojo Diez Canseco; tampoco el vivir en la Molina e ir a ver la exposición de la CVR te hace necesariamente un “Caviar”. Lo que quiero apuntar es que este uso de apodos y categorías se esta considerando la procedencia como un determinante de la postura política, cosa absolutamente errónea por donde se la vea. Eso es peor aun causita.


Como reflexión final les voy a exponer mi postura frente a este embrollo. Siguiendo las ideas de pensadores que se definen como neo-marxistas como Chantal Mouffe y Ernesto Laclau, Butler o Zizek, considero en primer lugar, y lo que me parece lo central de todo este asunto, es que todos, absolutamente todos, adoptamos ciertos roles en la sociedad y además estamos expuestos a ciertos fenómenos, sin embargo, esto no llevará necesariamente a una determinada manifestación o postura del tipo político; por ejemplo, en los años 20’ ser obrero no te hacía necesariamente un comunista, o hablando en base a casos actuales, las mujeres, madres, trabajadoras y pobres, que además sufren el maltrato físico de sus esposos no es una condición que va a llevar de manera mecánica a que todas ellas se vuelvan feministas de izquierda; hay otros factores de por medio. En segundo lugar, esa idea de que todos tendremos una postura política que esta marcada por nuestra condición socioeconómica –u otra- es totalmente falsa; seguir este tipo de razonamiento nos llevaría al absurdo de pensar que todos los pobres, por ser pobre votaron por Ollanta, o que todos los ricos, por ser ricos votaron por Lourdes (Ver Vergara 2006, plis), o también a pensar, como puse en los ejemplos, que el hecho de estar con la CVR te hace de izquierda, y que manejar un Peugeot te hace de derecha; en otras palabras, si piensas eso, estas realmente jodido hermano.


Lean esto con atención: Lo que pasa en el mundo –y en el Perú- es que las personas tienden a simpatizar con distintas cosas, muchas veces contradictorias, porque hay distintos discursos que articulan cada postura que tienen como sujetos y los mueven hacia una cierta manifestación del tipo político. Recuerden el ejemplo de las mujeres maltratadas y pobres que puse: no por esta condición van a simpatizar necesariamente con el feminismo de izquierda pues se necesita primero –en pocas palabras- que este discurso “articule” a las mujeres hacia este tipo de manifestación política. Podemos pensar también en lo que sucede con las mujeres que no son maltratadas en sus hogares, tienen dinero pero son feministas ¿Deberían estar fuera del feminismo, dejar abogar por el respeto a los derechos físicos, ser de derecha? La verdad, como he mencionado, todo depende de la forma en la que el discurso articule al sujeto dentro de sí; en este caso, podría esperarse un distinto matiz del discurso.


Por último, hablando más del tema de las categorías políticas derecha-izquierda, estos son igualmente discursos que los individuos adoptan, pero que sin embargo contienen en sí distintos matices, no son para nada adscripciones homogéneos y dogmáticas. Es por esa razón que hablamos de distintos tipos de izquierda o de derecha, asimismo hay que tener en cuenta el factor que genera esta dicotomía (para el caso peruano, como mencioné, es de tipo económico en su mayoría). Así es, causita.


Say no more

sábado, 7 de marzo de 2009

No es otro tonto post sobre un museo

Se ha escrito mucho, muchísimo a raíz de la negativa del Estado Peruano de recibir dos millones de dólares del gobierno alemán para la construcción de un “Museo de la Memoria”. Y claro, ya ha llegado a niveles de asco ver tanto bloggersito y periodista colgarse de la noticia, creyéndose “oh, soy la reserva moral de este país, tengo que escribir como sea el tema”. Hasta ahora solo he leído comentarios como “Que mal el gobierno” “Que pena me da ser peruano” “Qué mala imagen internacional estamos dando” y un largo etc. Bla Bla BLA!

Antes de seguir con este artículo, queremos dejar unas cosas claras. En primer lugar nos parece importante que se existan registros visibles para todos los peruanos del conflicto armando de 1980 al 2000, y nos encontramos de acuerdo por lo dicho por la gran mayoría de analistas y los manifestado por el comunicado encabezado por Mario Vargas Llosa, firmado por otras personalidades “in” del país. Y sí, por supuesto que consideramos una lástima que el gobierno no acepte un donativo para construir el museo, el cual sería un elemento simbólico de la memoria del conflicto.

Por otra parte, las razones del gobierno para regresar la donación son las mismas articuladas contra la CVR desde su creación, las cuales llegan desde las fuerzas armadas y de manera más discreta, desde la derecha del espectro político. Estas críticas tienen su origen en la formación misma de la CVR, la cual es la causa principal de que no haya tenido mayores repercusiones en la sociedad civil y solo en algunos ámbitos universitarios (léase la U.Católica).

El argumento básico de los que se muestran en contra de la CVR es que la mayoría de sus integrantes son personas asociadas a la izquierda política y por lo tanto, el informe tendría un sesgo pro-senderista y en contra del desempeño de las FFAA durante el conflicto (un remake de la acusación de que toda la izquierda es revolucionaria). Este argumento no es del todo falso; efectivamente, la mayoría de los comisionados son personas cercanas a la izquierda, e incluso algunos de ellos al inicio de las acciones terroristas no denunciaron los atropellos, pero por otro lado, es falso que la comisión denuncie únicamente a las fuerzas armadas e intente indultar a los terroristas. Eso es lo que Alditus nos quiere hacer creer.

Denuncia las FFAA, sí, pero lo hace con mayor dureza respecto a Sendero Luminoso, al cual adjudica el 54% de las víctimas fatales (CVR 2004). No sé cuantas de las personas que se muestran en contra de la CVR han leído el informe, o al menos la versión abreviada Hatum Willakuy; creo que muy pocos. El informe es bastante objetivo sobre las violaciones cometidas por los dos actores principales del conflicto, lo cual es compresible que no le guste a las fuerzas armadas porque relatan los abusos cometidos contra la población “civil”, la gran afectada por el conflicto entre dos fuegos. Este argumento anti – CVR está muy bien resumido por el inédito historiador Héctor López en un panfletero artículo que titula “No al frente legal del terrorismo” donde concluye: “No permitamos que manos mercenarias que reciben dólares o euros por su abyecto oficio se atrevan a señalar como violadores de derechos humanos a quienes en el cumplimiento del deber arriesgan generosamente sus vidas.” Esta acusación contra la CVR de ser un frente legal de terrorismo y olvidar los derechos humanos de los efectivos estatales es simplemente descabellada. La pregunta que habría de hacerle a estos “contras” es ¿Si? ¿Por donde eh?

Ahora bien, dicho esto queda otro punto clave: la falta de una repercusión importante en la sociedad civil, en la que el informe ha pasado desapercibido. La respuesta es muy clara; a diferencia de otros países en los que se ha implementado una comisión de la verdad, en el Perú esta fue implementada gracias una pequeña oportunidad política que tuvo un sector de la izquierda (académico-intelectual-caviar) durante el gobierno de Valentín Paniagua, cuando se aprobó su creación. Es decir, a diferencia de Chile o Argentina, donde hubo una movilización de importantes sectores de la población que exigían el esclarecimiento de los hechos y derivaron en la Comisión Rettig y Sábado respectivamente, en el Perú esta fue exigida y realizada por unos pocos intelectuales y no fue demandada por la víctimas, presumiblemente porque la mayoría (ojo, digo mayoría) no tuvo –ni tiene- relevancia política para el estado peruano; pobres y quechua-hablantes alejados del Estado.

Tanto en Chile como en Argentina, las víctimas pertenecían a una extendida clase media la cual exigió la apertura de las investigaciones; un ejemplo perseverante de lucha son las Madres de la Plaza de Mayo, otro ejemplo de la relevancia de las víctimas es que Michelle Bachelet sea hija de un hombre asesinado por la dictadura militar. Según la propia CVR, la mayoría de las víctimas fueron registradas en los departamentos de Ayacucho, Junín, Huancavelica y Apurímac, de la misma forma que más del 50% de estas pertenecían al quintil más pobre de la población y cuya gran mayoría tenía como legua materna otro idioma diferente al castellano. Es decir, el sector históricamente más olvidado por el Estado Peruano, que hasta el año del inicio del conflicto -1980 - no otorgaba derecho a voto a los analfabetos.

Como hemos dicho en párrafos anteriores, es una lástima que el gobierno no haya aceptado la donación alemana, pero sin embargo nos parece que no debemos quedarnos en rasgarnos las vestiduras porque el museo no será construido. Si pues, alguien sensato se ha preguntado almenos ¿Dónde iba a estar ubicado? ¿Quiénes hubieran sido los visitantes? Creo que son preguntas de fácil respuesta; estaría ubicado en Lima y luego de la inauguración, Polizontes presente, sino no vale, sería una visita obligada de los hinchas más acérrimos de APRODEH. De ahí, no creemos que tuviera más relevancia, se invitarían a algunas víctimas del terrorismo el día de la inauguración, unas pocas, y luego nunca más, sólo para la foto oficial. ¿Algunas de las indignadas personas que se ha manifestado en contra se han preguntado qué es lo que realmente quieren las víctimas? ¿Cómo es que a su entender deberíamos enfrentar las secuelas del terrorismo en el presente? Muy pocos lo han hecho, me atrevo a decir que el único que ha mostrado datos de opinión pública ha sido Martin Tanaka (http://martintanaka.blogspot.com/2009/03/la-memoria-y-el-museo-de-lamemoria.html) en la que muestra los resultados de la encuesta publicada en la revista "Memoria", sólo nos limitaremos a presentar un gráfico de los publicados por Tanaka:


La mayoría de las personas que viven en ciudades, las cuales se encuentras más cercanas al Estado y sufrieron en menor medida el conflicto interno, creen que es mejor recordar lo que pasó, mientras que las regiones más afectadas por el conflicto – léase las más alejadas del Estado- creen que es mejor olvidar y no remover el pasado. Creemos que esto debe ser tomado en cuenta, sobre todo por el gobierno, que debe crear una política oficial seria frente al conflicto y no seguir con el negacionismo que ha adoptado desde el gobierno de García. Ojo, eso es la postura que defendemos.

Finalmente, a esto se resume todo el este embrollo, es decir, a una política estatal con respecto a los hechos y a la comisión que investigó los acontecimientos, política que desestima el informe de la CVR dado que implica al partido de Gobierno (unos de los años más sangrientos fue 1989) y un sector importante de las FFAA. Por otro lado, a pesar de que lamentamos la actitud del gobierno, creemos que no es sólo necesario un museo para recordar y reconciliarnos, sino es primero necesario “acordarnos” de las víctimas que aún viven hasta la actualidad alejadas del Estado. Solo así la violencia no será repetida.

sábado, 28 de febrero de 2009

Ay Laurita

Es curioso que los que opinan sobre política no parezcan haber abierto nunca un libro de politología. Si soy ama de casa, lingüista o cirujano, opinar sobre algo que a todos nos concierne (como la política) no tiene nada de malo, es más, es una muestra de dialogo alturado en la mesa familiar, al menos muchos más que sobre el regreso de Magaly y el pucha tía, viste como le sacó la vuelta su mujer al Puma, pobrecito.
Opinar de política está bien, pero otra cosa es decir, bacán, yo mismo soy, hago mi blog y que todos lean las cosas que se me ocurren sobre la política nacional. Eso es otro nivel, porque en la gran parte de los post publicados en los blog que dicen ser políticos se utilizan términos y conceptos a diestra y siniestra que revelan no estar muy claros para los que los utilizan; representación, sistema de partidos, gobernabilidad, democracia representativa, todo es una mezcolanza de conceptos sin definir y sin especificar.

Este es el caso de Laura Arroyo, del blog Menos Canas. Laura, Laurita, es lingüista y como ella misma dice en su bitácora “defensora de los derechos humanos y amante de la democracia”. Hasta aquí chévere contigo, pero ¿porque un blog de política?

Hace unas semanas Laurita publicó un post sobre los partidos políticos y el sistema de partidos peruano (ver http://menoscanas.blogspot.com/2009/02/desesperacion-partido-politico.html) en el que de manera asombrosa elabora una definición de partido político muy propia y a la vez critica el “inexistente” sistema de partidos peruano” analizando el intento de los fonavistas de lograr una inscripción como partido político. Es asombros que se pueda hablar de tantos temas en un solo post.

Pues ahora bien, vayamos por partes. En primer lugar, al discutir el intento de los fonavistas de crear un partido político, Laurita afirma que “un partido político “no es, ojo con esto, un espacio compartido por un interés específico, sino un espacio compartido por personas que se identifican con una ideología respecto a una serie de políticas.” Permítanme discrepar. ¿De dónde sacaste esta definición Laurita? O mejor dicho ¿Qué pasaba por tu cabeza en ese momento? Dínoslo.

Utilizare la definición mínima que postula Sartori (1977) en la que plantea que un partido político es “cualquier grupo político identificado por una etiqueta oficial que se presenta a elecciones y es capaz de colocar a través de estas (sean esta elecciones libres o no) candidatos en el oficio público” (Traducción propia)

Bajo esta definición los fonavistas podrían constituir un partido con facilidad, ya que los partido son agrupaciones que buscan obtener metas concretas y ocupar cargos representativos en el gobierno, es decir, como afirma Laura que no es un partido político, un partido político sí es “un espacio compartido por un interés específico” a lo que le falto agregar: cuya meta es tomar parte de algún cargo en el gobierno. Si minimizamos aún más la definición de Sartori, un partido político es básicamente, una agrupación de cualquier índole que busca tomar parte o todo el poder. ¿Ideologia? Pues no es necesaria Laurita ¿Ideario? Menos ¿Interés? Eso es lo único esencial.

Por consiguiente, la definición de Laurita -ojo con esto- basada en identificación con respecto a una ideología en particular es al menos secundaria e incluso irrelevante, ya que existen partidos sin ideología y que responde a “issues” particulares de la población. Revisemos la historia: Melendez y Roncagliolo (2006) afirman los siguiente con respecto a los partidos políticos peruanos surgidos luego en los noventas: “los partidos políticos nuevos, que se fundaron en la década de los noventa, los hicieron bajo el contexto de ajuste estructural (…) y homogenizaron un discurso de centro, con débiles definiciones ideológicas y con un interés en representar políticamente “issues” particulares, como la descentralización y la lucha contra la corrupción.” Para el caso de los fonavistas, ya pues Laurita, fíjate bien, pon dos dedos de frente, estos responden un “issue” en particular, la devolución de su dinero, lo cual hasta ahora ha sido un problema ignorado por los gobernantes de turno.

Es iluso pensar que la mente de los fonavistas está llegar a la presidencia de la republica, lo que a ellos les interesa es lograr pasar la vaya electoral y colocar a uno o unos pocos congresistas de su partido, los cuales pongan el tema en agenda si es que el referéndum del mayo les es desfavorable. Es algo muy parecido a la estrategia de los partidos verdes en Europa. Estos partidos no intentan tomar el poder por completo, pero si parte de este, es decir, curules en los parlamentos con el fin de que el medio ambiente este en agenda. Ninguno de estos partidos, por no contar con una base social fuerte, pretende lograr una mayoría o ganar la presidencia.

En un segundo lugar, Laura hace un comentario sobre la representación política en el Perú. Por lo que he podido entender, postula que al estar tan desprestigiada la clase política en el país, los ciudadanos crean redes sociales en las cuales se sienten representados. Laura afirma “es de este modo que los ciudadanos empiezan a crear sus propias redes de identificación. Así, ya no se vota por quien hace una real mejor campaña, o por quien presenta una mejor propuesta programática, o por quien representa una ideología política que calza con la personal, etc. sino, se vota por “uno mismo”. Laurita una pregunta, en todos estos años, desde que ingresaste a la universidad, desde que egresaste de ella, desde que votaste por primera vez, desde que tu control remoto puso de manera voluntaria CNN y no MTV, desde que revisas rutinariamente los diarios de todo el mundo, desde que escribes en el blog, en todo este tiempo transcurrido ¿Realmente pensaste que en una democracia realmente se vota por quien presente una “mejor propuesta programática” o por “quien representa una ideología”? Si es así, pues te digo sinceramente, has perdido mucha pero mucha plata. Desde W. Burke, pasando por los modernos como Marx, Gramsci y Weber, hasta sociólogos como Bourdieu, psicoanalistas como Lacan o politólogos como Downs o Manin, todos ellos te dirían que el último factor por el cual la gente manifiesta una preferencia es de cuestiones pasionales y de apego, de clase, de identidad, por carisma del postulante, por un cálculo costo beneficio, o por miles de razones más; pero ojo Laurita, ni en la mejor democracia escandinava los ciudadanos votan por las cuestiones que tu mencionas. Esa es la realidad.

Otra pregunta: ¿Cómo es posible votar por “uno mismo”? si uno vota por uno mismo, no es posible que exista la representación, porque entonces ya no existe representado ni representante. Creo entender que a lo que Laurita se refiere es al problema de la infra-representación en el Perú, la cual identifica como consecuencia del deterioro de la imagen de la clase política del país. Aquí debo decir lo siguiente: el deterioro de la imagen de la clase política no es la causa de la falta de representación. La falta de representatividad de los partidos políticos obedece a problemas de gobernabilidad ocurridos en la década de los ochenta, el cambio de una arena política movimientista a una arena política medíatica (Tanaka 1998) y los cambios estructurales ocurridos luego del autogolpe del 92, en el que aparece un régimen autoritario que disminuyó los niveles de competencia política de los partidos fundados con anterioridad a la década de los noventa. (Melendez; Roncagliolo, 2006) No me detendré sobre este punto ya que resultaría demasiado extenso, sin embargo me sirve para que Laurita se de cuenta que las cosas no son como las plantea. Ahora bien, ¿Qué es representarse a uno mismo, Laura? ¿Crear redes de identificación social entre personas similares? ¿Convertir estas asociaciones en formas de representación política? Esto simplemente no queda nada claro, pero lo que si te puedo decir, y no te ofendas, es que la gente no vota por uno mismo, la identificación con el candidato a votar responde a una compleja combinación de ingredientes tanto racionales como emocionales, esto ya quedó claro en el párrafo anterior.

Para terminar, Laurita, corazón, que no te debes perder a Rosa María Palacios a las 11, que asistes puntualmente a los debates de IDL, que has dejado de un lado a Saussure para escribir sobre lo que “apasiona”, tú, amante de la democracia, las misma de ayer, la incondicional defensora de los derechos humanos, hincha a muerte de la CVR, que debiste lavar la bandera frente a palacio de gobierno, te digo, tómalo como una crítica constructiva, que tus conceptos estas errados.

En primer lugar, tu definición de partido político no es consistente y no tiene ninguna basé académica, es decir, se te ocurrió, pero no pues, así no funcionan las cosas, hay que leer antes de escribir. Un partido político no es un espacio compartido por personas que se identifican con una ideología, por el contrario, es un grupo político que presenta candidatos a elecciones con el fin de que estos ocupen cargos públicos. Listo, no más, lo ideológico es secundario; así de fácil y práctico, no hay que sacar explicaciones trasnochadas de qué es en realidad un partido político. Los fonavistas pueden organizar un partido sin ningún inconveniente. Estamos de acuerdo en que estas intenciones responde a una crisis de representación, es cierto Laura, punto pa’ ti, pero no por las causas que expresas, ni tiene los resultados de representación sin representantes que expones, sino son formas de hacer una medida política efectiva para un grupo particular, es el mismo caso de los Movimiento Regionales y Organizaciones Colectivas de Alcance Local, las cuales van ganando terreno en el interior del país a la ausencia de partidos nacionales fuertes (Vergara, ponencia LASA 2007). (Si te interesa te podemos mandar bibliografía recomendada).




Manifiesto Refutista

Indignados por lo que se publica en la prensa, lo que se escribe en los blogs, por lo que se dice en la radio y la televisión, hemos decido fundar “La Refuta”.

¿Indignados de qué?
Del discurso barato de los políticos, del debate por nimiedades, de la difusión de pseudo axiomás. Indignados de los argumentos de aquellos que dicen ser "analistas políticos"; periodistas, bloggers y abogados, que tienden a explicar la política sin ningún marco teórico, lo cual convierte sus opiniones en simples impresiones; lo mismo que el dicharachero taxista nos comenta sobre la situación del país, comentarios muchas veces más acertados, porque después de que les has explicado que no, que la ciencia política no tiene nada que ver con el derecho o que tú no quieres ser presidente, se lanzan con el análisis a toda máquina mientras parecen olvidar el volante, y a veces (si es que no te tocó un fascista que quiere fusilar gente y no para de tocar el claxon) encuentras puntos de vista interesantes.
Pero son eso, puntos de vista, y no pe varón, tú que tienes tú blog o escribes en La Republica, lo que tú opinas no es ciencia; bacán tu punto de vista, mostro lo que se te ocurrió mientras conversabas con tus patas en el San Antonio, pero existe una rama académica que se llama ciencia política, ¿te suena? y no, no amigo taxista, blogger, periodista, abogado; no tiene nada que ver con derecho, es una ciencia social y claro, de ninguna manera tenemos la más mínima intención de ponernos la banda presidencial ni juramentar en el congreso por la papa a la huancaina, la provincia de Chumbivilcas o el báculo de viracocha.

Marx, no Karl, sino Groucho, parece estar pensando en algo similar cuando decía que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados. Por nuestra parte, lo que realmente nos interesa es buscar problemas (en esto se basa esta ciencia social) y hacer una lectura más o menos acertada sobre el asunto. Uno de los problemas actuales de los políticos y sobre todo de los analistas está muy bien descrita en las dos últimas explicaciones de la frase de Groucho Marx, la mayoría intenta buscar las soluciones antes de determinar las causas del problema, por lo que se caen en diagnósticos fáciles y generalmente errados.
Así nace este blog. Con la abnegada tarea de ser un espacio de debate serio, pero no necesariamente alturado (bienvenida la irreverencia). Presentaremos ideas para contrapesarlas y discutirlas, ideas que inciten al debate; polémicas, aceptadas, erradas, estúpidas (Aldo, prepárate), las cuales luego de pasar por este filtro queden al descubierto como teorías útiles o inútiles, porque, by the way, otra cosita darling, no te ofendas, te comento nomás que lo que tú opinas no es cierto, es decir, no es verdad así tenga sentido lógico, sino más bien es un argumento útil para explicar la realidad o un fenómeno político en particular. Analiza, investiga, date una vuelta por la biblioteca, entra a una librería y cómprate tu libro de Lipset, vete de viaje a Puno, Moquegua, luego, después de que todos esos puntos tienen un check en tu agenda, escribes.
Por otra parte, es conveniente aclarar que nosotros no militamos ni militaremos en ningún tipo de agrupación, partido, cofradía, hermandad o cártel político. Eso nos da una independencia, una distancia importante respecto al acontecer político, porque, otra pregunta clásica luego de que has dicho que estudias ciencia política es ah que bacán ¿y de que línea eres? Disculpa, no entiendo la pregunta, ah, si pertenezco ha algún partido político, no hermano, ahí nomás ¿ideología?, tampoco compadre, ni con dios ni con el diablo, ni hablar de entrar a las juventudes del APRA o del PPC.
Evidentemente no somos los dueños de las teorías verdaderas y mucho menos de la verdad – si acaso es esto posible -. Somos un grupo de futuros politólogos un poco cansandos de que se opine, hable, y escriban argumentos sin mucho sentido, elaborados de un día para otro, sin ningún tipo de investigación o al menos, lectura previa. Por eso, no es que te tengamos rencor compadre, no es eso cuñado, paz y amor contigo, pero si no sabes que es un autoritarismo competitivo a una democracia representativa (dos conceptos muy útiles para explicar la política peruana de las últimas décadas), mejor escribe sobre otra cosa (consejo de patas, no lo tomes a mal).